La comunidad runner, que siempre se ha enorgullecido de su pragmatismo y enfoque en el rendimiento, tiene una nueva y costosa obsesión: coleccionar zapatillas de running de edición limitada. Lo que comenzó como un nicho para los “locos de las zapatillas”, la cultura de los sneakerheads, ha invadido la pista y ha transformado a los deportistas en coleccionistas. Las zapatillas ya no son solo para correr; ahora son piezas de exhibición.
De los sneakerheads a los corredores: El nacimiento de una nueva subculturaEste fenómeno es la fusión perfecta entre la moda de calle y el deporte. Las marcas más grandes del mundo, como Nike, Adidas y New Balance, han notado que no solo tienen un público interesado en el rendimiento, sino también en el estilo y la exclusividad. La estrategia es simple, pero genial: lanzar modelos de zapatillas de alta gama en ediciones limitadas para los maratones más famosos del mundo, como los de Boston, Nueva York o Berlín.
Estas zapatillas no solo son un símbolo de estatus por su alto costo, sino que también son un trofeo para los corredores, una forma de mostrar que estuvieron presentes en un evento icónico.
Marketing, exclusividad y redes sociales: El combo perfecto para el ‘hype’La obsesión por las zapatillas de edición limitada no habría sido posible sin el poder de las redes sociales. Plataformas como Instagram y TikTok se han llenado de corredores que muestran sus colecciones, creando un sentido de pertenencia y, a la vez, de exclusividad. El hype es real y se basa en tres pilares:
Exclusividad: Las marcas crean una escasez artificial al lanzar un número limitado de pares, lo que las hace irresistibles.Marketing: Las campañas son agresivas y están diseñadas para generar deseo. Se vende la idea de que tener ese modelo especial te hace parte de un club de élite.Valor de reventa: El mercado secundario de estas zapatillas ha explotado, con precios que superan con creces el costo original, convirtiéndolas en una inversión.¿Correr o coleccionar? Las zapatillas que no llegan a la pistaLa gran ironía de esta tendencia es que, en muchos casos, las zapatillas de edición limitada terminan siendo objetos de colección y no de uso. Unas zapatillas diseñadas con la máxima tecnología para batir récords y mejorar el rendimiento terminan guardadas en una caja o exhibidas en un estante, lejos del asfalto y el sudor.
La comunidad runner se ha dividido. Mientras algunos defienden que las zapatillas son una forma de expresión personal, otros critican que la cultura de consumo está alejando al deporte de su esencia: la simplicidad de correr. Es un debate entre el rendimiento puro y el estilo, entre la función y la forma.