El caso de Adrien Rabiot es algo prácticamente único en el mundo del fútbol. A pesar de que su calidad está fuera de toda duda, los constantes episodios polémicos de su carrera le han permitido desarrollar su nivel como hubiese deseado. El último le ha costado ser apartado del Olympique de Marsella y ser declarado como transferible públicamente, aunque no parece que su situación tenga fácil solución en un futuro próximo.